C185
[En tercera persona]
La atmósfera del Herbal Emporium sufrió una escalofriante transformación cuando el cuerpo sin vida de Ren descendió con gracia al suelo, y el suave golpe resultante fue una puntuación sombría de la tragedia que se estaba desarrollando. El silencio envolvió la tienda como un pesado sudario, amplificando la gravedad del momento e infundiendo en el aire una sensación casi palpable de inquietud.
"Los humanos son... molestos", murmuró el joven de ojos blancos con claro desdén, con la mirada fija en la figura inmóvil de Ren. La profunda herida infligida a Ren continuó arrojando color carmesí, sus zarcillos serpenteaban por el suelo, dejando un espantoso rastro de evidencia a su paso.
Mientras que el joven inicialmente cruzó la habitación, los usualmente agudos sentidos de Falco permanecieron extrañamente inactivos, sin detectar ninguna intrusión. Sin embargo, a medida que el joven se acercaba a la puerta, una conciencia inquietante comenzó a invadir los sentidos de Falco, poniendo sus nervios de punta.
Falco se movió con rápida precisión, empleando su habilidad de cambio espacial para posicionarse silenciosamente detrás del intruso. Su intención inicial era un golpe letal, pero dudó. Los párpados del joven se abrieron, una visión desconcertante que provocó escalofríos por la columna de Falco.
"¿Hmm y el gato?" Mientras tanto, Falco notó una figura pequeña y temblorosa cerca: un gato de aspecto inteligente. Sus ojos muy abiertos y su comportamiento peculiar lo diferenciaban de cualquier bestia de maná que Falco hubiera encontrado antes.
"Shh, no pasó nada... todo está bien". El comportamiento de Falco sufrió un cambio repentino cuando se acercó al gato. Una sonrisa cálida y acogedora apareció en sus labios y un aura desconocida impregnó la habitación: una energía dulce y relajante que difundió la atmósfera tensa.
El gato, sin embargo, permaneció obsesionado con el cuerpo sin vida de Ren, aparentemente inmune a la calmante presencia de Falco.
'¿Es ferozmente leal a su amo o posee un extraordinario nivel de fortaleza mental? Pero no puede ser tan alto... es sólo una bestia del reino mortal, ni siquiera de nivel A', reflexionó Falco para sí mismo. Encontrarse con una criatura aparentemente inmune a su influencia mágica era una rareza, lo que intensificaba el enigma de la situación.
**Rugido**
Un rugido atronador rompió el inquietante silencio que se había apoderado del Herbal Emporium, y lo que siguió dejó incluso a Falco, el hijo de un Dios, completamente estupefacto. Había atravesado los reinos durante siglos, estudiando y descifrando los misterios de las criaturas de este mundo, pero nada podría haberlo preparado para lo que estaba a punto de presenciar.
En una rápida y grotesca transformación, la apariencia física del gato sufrió una drástica metamorfosis. Sus alas se estiraban y expandían, pareciéndose a las de un murciélago, y su cuerpo crecía exponencialmente hasta casi llegar al techo. La pura majestuosidad de esta transformación fue sobrecogedora.
Sin embargo, lo que realmente diferenciaba a esta criatura de cualquier otra bestia que Falco hubiera encontrado era la palpable sed de sangre que irradiaba de sus ojos. Era una sed de sangre, una ferocidad primitiva y amenazadora que parecía demasiado real.
**Rugido**
"Calma-!?" Antes de que Falco pudiera pronunciar una palabra o hacer un movimiento, la criatura transformada se abalanzó hacia adelante, con los colmillos al descubierto y su comportamiento trastornado. Sus ojos parecían desconcentrados, perdidos en un frenesí de rabia desenfrenada.
La habitación tembló cuando el piso de madera se astilló bajo la fuerza de las ondas de choque generadas por el feroz ataque de la criatura.
**Rugido**
Mientras la criatura atacaba con furia implacable, Falco tuvo que actuar rápidamente. No podía arriesgarse a ser destrozado por esta bestia aparentemente enloquecida.
Con reflejos relámpago, activó su habilidad de cambio espacial, desapareciendo de su lugar anterior y reapareciendo a unos metros de distancia, esquivando por poco las mandíbulas de la criatura. Su repentina desaparición y reaparición provocó que la bestia felina se estrellara contra la pared con un fuerte ruido sordo, dejando un enorme agujero en los paneles de madera.
A pesar del enorme agujero y el dolor que debió soportar, la criatura no mostró ningún signo de ceder. Giró, batió sus alas con poder y cargó una vez más.
Falco no era ajeno al combate, pero esta situación no se parecía a ninguna que hubiera enfrentado antes. La implacable agresión y los movimientos impredecibles del gato-bestia le dejaban poco espacio para maniobrar. Fue una lucha por la supervivencia... por la bestia, por supuesto.
En medio del caos, Falco decidió emplear una estrategia diferente. No quería dañar a la criatura si podía evitarlo. Con un rápido movimiento de su mano, conjuró una barrera translúcida de energía mágica, creando un escudo protector a su alrededor.
La bestia felina chocó con la barrera, sus garras rasparon la superficie brillante mientras dejaba escapar otro rugido ensordecedor. Continuó arañando y mordiendo el escudo mágico, incapaz de romper sus límites protectores.
Dentro de la barrera, Falco contuvo el aliento y observó a la criatura. Sus ojos todavía estaban llenos de ira desenfrenada, pero había algo más debajo de la superficie: miedo.
"Yo digo que te calmes... No soy un enemigo", trató de decir las palabras tranquilizadoras nuevamente, pero la criatura no estaba en condiciones de escuchar, en su opinión.
Con otro rugido, la criatura simplemente... desapareció.
"¿Eh?" Falco se sorprendió, pero solo por un segundo mientras giraba -
"¡¡¡Rugido !!!"
Una figura arrojada de unos pocos cientos de libras de peso-gato chocó con su
palma mientras lo agarraba por el cuello.
La bestia felina luchó, sus garras golpearon a Falco, pero su agarre se mantuvo firme. A pesar de la abrumadora furia y fuerza de la criatura, el poder de Falco parecía igualmente igualado.
"¿Qué vas a?" Murmuró Falco, con los ojos fijos en la mirada frenética de la bestia.
Un pequeño rastro de sombra como tinta se deslizó sobre la mano de Falco, un precursor de una revelación imprevista. Acompañando a la sombra había un zarcillo blanco de relámpagos crepitantes, entrelazándose con la oscuridad en una extraña fusión.
Ante los ojos atónitos de Falco, la criatura desapareció una vez más, su forma aparentemente se fundió con las sombras mismas de la habitación. Se movía con una fluidez que desafiaba las leyes de la naturaleza, como si la oscuridad misma se hubiera convertido en su aliada en esta danza de desaparición sobrenatural.
La habitación resonó con un silencio inquietante en ausencia del implacable ataque, y los sentidos de Falco estaban en alerta máxima.
"¿!?" Justo cuando Falco se preparaba para otro ataque, la habitación pareció estremecerse de anticipación. Un aura siniestra llenó el aire, señalando el inminente regreso de la bestia felina.
Con un silbido de otro mundo que provocó escalofríos por la espalda de Falco, la criatura se materializó desde las sombras. Su transformación fue aún más feroz que antes, sus alas se expandieron y su forma más monstruosa.
Antes de que Falco pudiera reaccionar, la criatura se abalanzó una vez más, impulsada por una fuerza malévola. Sus mandíbulas se abrieron de par en par, revelando hileras de dientes afilados que brillaban con un hambre insaciable de violencia. La habitación pareció desdibujarse cuando la bestia felina cerró la distancia entre ellos con una velocidad alarmante.
Falco no tuvo tiempo de convocar su barrera. En una decisión de una fracción de segundo, convocó una hoja brillante de energía pura en su mano y se enfrentó a la bestia de frente.
El choque fue explosivo. La hoja chocó con las mandíbulas de la criatura y una onda de choque recorrió la habitación. La fuerza del impacto hizo que Falco patinara hacia atrás, sus pies cavaron surcos en el suelo de madera.
Los ojos de la bestia felina ardían con un fervor impío, su determinación era inquebrantable.
**Ting**
Un "Ting*" metálico resonó, perforando el aire cargado de tensión cuando la puerta detrás de Falco se abrió con un crujido. La llegada de un invitado inesperado interrumpió el extraño cuadro que se desarrollaba en el Herbal Emporium.
"¿Oye-? ¿Qué está pasando aquí?" La voz que rompió el silencio fue inmediatamente reconocible tanto para Blaze como para Falco. Fue Aron, cuya entrada introdujo una nueva ola de confusión y preocupación en la sala.
"Uf", refunfuñó Falco en voz baja mientras se ajustaba apresuradamente su bata, su comportamiento intentaba recuperar algo parecido a la compostura. El sudor le cubrió la frente mientras miraba a Aron.
Los ojos de Aron se abrieron con sorpresa e incredulidad al contemplar la vista que tenía ante él. Su voz tembló con una mezcla de sorpresa y preocupación cuando finalmente logró hablar, su mirada fija en la figura caída de Ren, cuya... forma herida yacía no lejos de donde estaba Falco.
"¡¿Quién es ese... él??!!" Las palabras de Aron flotaron pesadamente en el aire, cargadas de urgencia y una necesidad desesperada de respuestas. La atmósfera de la sala cambió una vez más, mientras la incertidumbre y un aluvión de preguntas flotaban en el aire.
** Mmm **
"¿Eh?" La mirada de Falco se dirigió hacia la forma caída de Ren, sus agudos ojos captaron algo inusual. Allí, alrededor de la herida que había infligido, una débil energía azul pulsaba y zumbaba suavemente. Era una anomalía, una presencia que no debería haber existido.
"Agh... Bola de humo, ¿estás ahí?" La voz de Ren era débil, a punto de desvanecerse, pero tenía un aire de indiferencia, como si la herida fuera intrascendente para él.
"¿Estás llorando? ¿Bola de humo?" Mientras reflexionaba sobre este extraño suceso, una voz débil llegó a sus oídos. Era Ren, su tono carente de dolor, como si simplemente estuviera molesto en lugar de gravemente herido.
[Ayúdalo.]
"..." En medio de la desconcertante situación, Falco se encontró de repente con un fenómeno que no había experimentado en bastante tiempo: un mensaje de los dioses, un susurro divino que llevaba consigo un peso de importancia y urgencia.
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