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Saturday, March 16, 2024

No Más Dolor Para Este Villano (Novela) Capítulo 168

C168

[En tercera persona]

"..."Riksar estaba en la base de las imponentes Montañas Helada Negra, con los ojos fijos en los picos irregulares que se elevaban hacia los cielos. Las montañas tenían una presencia inquietante y siniestra, como si fueran los guardianes de un reino de oscuridad. Zarcillos de niebla serpenteaban alrededor de los escarpados acantilados, cubriéndolos con una neblina etérea que parecía bailar con una energía inquietante.

Las Montañas Black Frost se ganaron bien su nombre. Sus superficies estaban cubiertas de capas de escarcha, incluso en medio de estaciones más cálidas, creando un espectáculo sobrenatural de hielo reluciente. Los picos eran agudos y angulosos, proyectando largas sombras que se extendían por la tierra de abajo. El aire era frío y cortante, trayendo consigo una palpable sensación de aislamiento y desolación.

Profundas grietas y enormes abismos estropeaban las superficies de la montaña, como cicatrices grabadas por el tiempo mismo. Cascadas de cascadas heladas colgaban a los lados, sus formas heladas brillaban en la tenue luz. El suelo era traicionero e implacable, cubierto por una capa de nieve y hielo que hacía precario cada paso.

En medio del paisaje helado, la entrada al santuario escondido estaba oculta por una cortina de carámbanos, como si guardara un secreto del mundo. 

El aura del santuario irradiaba un antiguo poder místico, atrayendo a Riksar más cerca con una mezcla de temor y anticipación. 

Toque*Toque*

Las botas de Riksar crujieron contra el suelo helado mientras ascendía las laderas de las Montañas Helada Negra. El viento aullaba a su alrededor, llevando consigo los susurros de cuentos antiguos y los ecos de aquellos que se habían aventurado en estos implacables picos antes que él. Sus alas andrajosas revoloteaban a sus costados, los restos de una vida pasada ahora servían como recordatorio de su determinación de forjar un nuevo camino.

"Ja, ja," Mientras navegaba por el traicionero terreno, la mente de Riksar se aceleró con pensamientos de lo que le esperaba. 

[Un poco más adelante.]

La voz del Abismo permaneció en lo más recóndito de sus pensamientos, una presencia constante que alternativamente empujaba y tiraba de sus intenciones. Había tomado su decisión: buscar el poder contenido en los Fragmentos de Sombra, pero el camino hacia ese poder estaba envuelto en incertidumbre.

Las horas se convirtieron en un día y el viaje de Riksar lo llevó a lo más profundo del corazón de las montañas. El paisaje se volvió cada vez más accidentado, con imponentes formaciones rocosas que sobresalían del suelo helado como antiguos centinelas. El aire se hizo más tenue, haciendo que cada respiración fuera un esfuerzo laborioso. Sin embargo, Riksar siguió adelante, impulsado por una mezcla de deseo ardiente de venganza.

Finalmente, después de lo que le pareció una eternidad, llegó a la boca de una caverna: unas fauces oscuras en la ladera de la montaña. La entrada exudaba un aura de energía antigua, como si hubiera presenciado el paso del tiempo y las aspiraciones de innumerables buscadores antes que él. El corazón de Riksar se aceleró cuando entró en la caverna, los ecos de sus pasos resonaron en la oscuridad.

El pasaje era sinuoso y estrecho, sus paredes adornadas con cristales relucientes que arrojaban un brillo inquietante sobre los alrededores. 

"¿Hace...frío?" El aire se volvió más frío y una inquietante quietud lo envolvió. Los sentidos de Riksar se intensificaron, cada sonido y movimiento magnificados en el silencio opresivo.

Se aventuró más profundamente, y la caverna se abrió gradualmente hasta convertirse en una vasta cámara. En el centro había un pedestal sobre el que descansaba un único y radiante fragmento: el primer Fragmento de Sombra. El fragmento emitió una luz tenue y pulsante que parecía resonar con el alma misma de Riksar, acercándolo con un atractivo irresistible.

Paso*paso*

Mientras Riksar estaba extendido, pero antes de que sus dedos hicieran contacto con la superficie brillante del Shadow Shard, una sacudida de energía surgió a través de él como un rayo, quemando sus nervios y perforando su núcleo. Su respiración se atascó en su garganta cuando el mundo a su alrededor se volvió borroso y quedó envuelto en un vórtice de poder hirviente.

Visiones, vívidas y de otro mundo, inundaron su mente: batallas que abarcaron eones, reinos transformados por las fuerzas caóticas de los Shadow Shards. Fue testigo del ascenso y caída de reinos, de civilizaciones enteras moldeadas y arrasadas por el poder inexorable de los fragmentos. Una cacofonía de voces resonó en su cabeza: gritos de guerra, rugidos triunfantes y lamentos lúgubres, cada uno de los cuales era un testimonio del poder puro contenido dentro del fragmento.

La energía fluyó por sus venas, como fuego fundido corriendo por su torrente sanguíneo. Su corazón se aceleró, cada latido resonaba con la energía que había permanecido latente dentro del fragmento durante siglos incontables. Se sentía como si estuviera en el epicentro de una tormenta cósmica, todo su ser reverberaba con los ecos de mundos olvidados y los ecos de aquellos que se habían atrevido a ejercer tal poder antes que él.

Su cuerpo tembló cuando la oleada de energía se intensificó, una sinfonía de sensaciones tanto estimulantes como insoportables. Era como si el fragmento fuera un conducto hacia el corazón mismo del universo, canalizando las energías que dieron forma a la existencia misma. La visión de Riksar nadaba con luces iridiscentes, su entorno era una mancha de colores y formas que desafiaban la comprensión.

La sensación era abrumadora, sus sentidos consumidos por el caleidoscopio de poder que lo rodeaba. Y entonces, tan repentinamente como había comenzado, el torrente de energía disminuyó, dejando a Riksar sin aliento. Su cuerpo se sentía ingrávido y arraigado, su mente un torbellino de pensamientos y emociones.

[¡AGARRE EL FRAGMENTO!]

La voz del Abismo resonó en su mente una vez más, un susurro inquietante que lo instó a reclamar el poder del fragmento, a abrazar la oscuridad que ofrecía. Riksar vaciló, dividido entre la promesa de venganza y el peso de las decisiones que había tomado.

En ese momento, surgió un recuerdo diferente: un recuerdo de la risa de su hermana, del amor que habían compartido. La calidez de ese recuerdo tocó brevemente los límites de su conciencia, ofreciéndole un fugaz respiro de la cruel realidad que había consumido su vida.

Pero entonces, como una nube de tormenta que tapa el sol, otro recuerdo irrumpió en sus pensamientos: un recuerdo grabado en agonía y desesperación. Recordó vívidamente la visión de esos aldeanos, con sonrisas retorcidas dibujadas en sus rostros, mientras agredían brutalmente a su hermana ante sus propios ojos. Se había visto obligado a contemplar sus lágrimas, a escuchar sus gritos de angustia, como testigo impotente de su sufrimiento.

"Esto es para ti, hermana mayor -"

Cuando los dedos de Riksar hicieron contacto con la superficie brillante del Shadow Shard, una abrasadora oleada de energía recorrió su cuerpo. Sus ojos se abrieron por la conmoción y la agonía, su voz estalló en un grito gutural de dolor, "¡¡Aghhhhhhhhh!!"

El dolor no se parecía a nada que hubiera experimentado antes. Se sentía como si su esencia misma estuviera siendo desgarrada, consumida por el poder puro que emanaba del fragmento. Cada nervio de su cuerpo gritó en protesta y sus músculos se tensaron en un intento inútil de resistir la fuerza abrumadora.

Cuando el torrente de energía finalmente amainó, los jadeos de Riksar resonaron por toda la caverna. Se tambaleó hacia atrás, apretándose la mano contra el pecho y respirando entrecortadamente. Mientras miraba la mano que había tocado el fragmento, su corazón latía con una mezcla de temor e incredulidad.

La carne que una vez cubrió su palma y sus dedos había sido reemplazada por un rostro esquelético, una transformación macabra que hablaba del precio que había pagado por ejercer el poder del fragmento. Los huesos brillaban con una espeluznante luminiscencia, un marcado contraste con la oscuridad que lo rodeaba. La mirada de Riksar se movió entre la mano esquelética y el fragmento, y se dio cuenta.

Había ganado poder, pero a un precio que iba más allá del dolor físico. El fragmento había cobrado un precio en su propio ser, transformando su mano en una reliquia de la muerte.

"Interesante..." flexionó sus dedos esqueléticos, probando los límites de sus recién descubiertas habilidades. La energía que lo había atravesado ahora se sentía como parte de él, entrelazada con su esencia. 

*Tud Thad*

La caverna tembló y una luz cegadora envolvió a Riksar. Su cuerpo se tensó mientras la energía surgía a través de él, cada fibra de su ser resonaba con el poder del fragmento. La luz era cegadora, una cascada de colores que danzaban ante sus ojos, amenazando con abrumar sus sentidos.

Tan repentinamente como había comenzado, la luz se apagó, dejando a Riksar de pie fuera de la caverna, con la respiración llena de asombro y asombro. Su mano esquelética todavía agarraba el fragmento, las líneas grabadas en su palma ahora pulsaban con una energía de otro mundo. La transformación que había experimentado era evidente: el brillo de la energía del fragmento parecía emanar de su interior, proyectando su entorno en una misteriosa luminiscencia teñida de púrpura.

"¿Qué es esto?" Riksar murmuró para sí mismo, su voz con una mezcla de fascinación y temor. Sus ojos, que alguna vez tuvieron un tono profundo e intenso, ahora brillaban con una vibrante luz púrpura, un reflejo del poder que se había fusionado con su esencia misma.

[Manipulación mental], la voz del Abismo resonó en sus pensamientos, respondiendo a su pregunta no formulada con una certeza escalofriante. El conocimiento le provocó escalofríos: manipulación mental, un poder que podía penetrar los pensamientos y emociones de los demás, otorgándole control sobre sus propias acciones.

La voz del Abismo continuó, su presencia era un recordatorio constante del pacto que había forjado. [Sólo cuatro más para recolectar], declaró, su tono lleno de una siniestra anticipación.

"Pero primero es..." Cerró los ojos y dijo, "mi venganza".


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